PILARES Iztapalapa forma parte de una iniciativa promovida por el Gobierno de la CDMX y coordinada por Carlos Zedillo para dotar de centros culturales educativos a las colonias más desatendidas de la ciudad. Se ubica en una zona con altos niveles de inseguridad, situado en la parte trasera del Reclusorio Oriente, una de las cárceles más grandes y pobladas del país (con 12,000 presos).
El programa arquitectónico incluye talleres de carpintería, gastronomía, artes corporales, una ciber escuela y una sala de lectura, así como un foro abierto para actividades multidisciplinarias, todo esto dispuesto en una sola planta. El edificio se planteó con vistas hacia el interior ocultando así cualquier vista a la cárcel, desvinculando el centro comunitario del duro contexto. Esto se obtiene mediante cuatro patios centrales y dos jardines a cada lado que permiten ventilación cruzada e iluminación natural en todos los espacios. Los patios sirven como conectores de las distintas aulas y generan un recorrido techado que evita el empleo de pasillos.