El proyecto es fruto de un concurso por invitación para desarrollar un “Arco del Bicentenario” sobre el Paseo de la Reforma, frente a la Torre Mayor y la Puerta de los Leones de Chapultepec. La propuesta plantea que el monumento del siglo XXI en México no ha de ser un objeto sino un espacio público. De tal forma, se propone una nueva relación de la ciudad con sus habitantes, centrándose en las conectividades tanto físicas como sociales. Lo conmemorativo y lo simbólico no se concentran en una escultura sino en el vínculo de lo urbano, lo público, lo cívico, lo cultural y lo recreativo, por medio de la extensión del Bosque de Chapultepec sobre el Circuito Interior y hacia ambos lados del Paseo de la Reforma, lo que permite que tanto la Avenida, el Bosque y las colonias próximas recuperen su continuidad. El nuevo espacio, con cerca de 500 metros de longitud y 60 metros de anchura, incorpora además las zonas “verdes” residuales que quedan como elementos sueltos o islas a lo largo de Reforma en el tramo contemplado para la propuesta, que comprende desde el Museo de Arte Moderno hasta la Torre Mayor. La idea es ubicar al ciudadano –al peatón- como el protagonista de la ciudad y redefinir el concepto de parque, de monumento y de obra
pública.
